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22 de septiembre de 2014

La mirada del observador, de Marc Behm


La mirada del observador, de Marc Behm


Título original: The eye of the beholder
Editorial: RBA Libros
Género: Novela negra
Traductora: Beatriz Pottecher Gamir
Páginas: 240
Publicado por primera vez en 1980
ISBN: 9788498679236


Mi resumen 

En un principio El Ojo, que así es como conocemos al detective durante toda la novela, tiene un encargo muy sencillo: debe seguir a una mujer que anda tonteando con un muchacho de una familia adinerada, ya que a los padres de él, no les huele nada bien el asunto. El Ojo, anda obsesionado desde hace 20 años, porque su mujer lo abandono y desapareció con su hija. El único recuerdo que tiene, es una foto que le envió su ex esposa,  en donde aparecen 15 niñas, pero para putearlo no le dice quien de las niñas es su hija y le dice que lo adivine. 20 años obsesionado con esa foto son muchos años y cuando comienza a seguir a la muchacha sospechosa y la ve, en el se produce un shock que le dejará atontado y aturdido. El Ojo empieza a hacer elucubraciones y en cierta manera se siente responsable de la chica, porque por su edad, bien podría tratarse de su propia hija. 

Cuando presencia su primer crimen no da crédito a lo que ve: no hace ni un par de horas que se ha casado y ya se ha cargado a su marido. El Ojo entonces toma una insólita decisión, y en vez de denunciarla y entregarla a las autoridades la deja huir. La chica desaparece en busca de una nueva víctima a otro estado y el saca todos sus ahorros y se dedica a seguirla a lo largo y ancho del país. El Ojo se va obsesionado cada vez más con la muchacha y empieza a hacer averiguaciones para ver quien es en realidad y descubre su verdadera identidad. La muchacha se llama Joanna Eris y lleva huérfana desde los 11 años. Joanna tiene un trastorno compulsivo homicida y siempre actúa de la misma forma. Cambia de aspecto (utiliza diferentes tipos y colores de pelo con varias pelucas) de personalidad, embauca a algún pardillo, lo convence para casarse con él, le hace que saque todo su dinero y en la noche de bodas o bien lo envenena o bien lo asesina a balazos. 

Un nuevo estado o ciudad, un nuevo incauto, una nueva muerte para la viuda negra más legendaria de los Estados Unidos, y aunque el Ojo se dedica en un principio a observar, finalmente tiene que intervenir ocultando pruebas en alguna que otra ocasión (sin que la chica se de cuenta) cuando Joanna empieza a ser más descuidada y va dejando un rastro demasiado claro. 1,2,3,5.7 muertos, El Ojo tiene que hacer una lista para llevar la cuenta de los asesinatos de Joanna. 8,9,15 muertos, llega un momento que hasta perdemos la cuenta de su macabro hobby. En una sola noche se carga a siete tipos en un motel, con una pistola con silenciador.  El Ojo la ve cada vez más desquiciada y descuidada, pero sigue sin contactar con Joanna, hasta que un día decide ponerle al corriente de que la policía la tiene fichada y que en cuestión de horas alguien la va a identificar. 

El Ojo la ayuda a huir, pero Joannna se lo agradece con dos bonitos balazos a quemarropa (él había dejado su arma al alcance de la chica para ver lo que hacia). Afortunadamente El Ojo, conociendo lo cariñosa y maja que es la chica, había sustituido las balas de su revolver por balas de fogueo y sale en persecución nuevamente tras ella, aunque en esta ocasión, las andanzas de Joanna terminarán de forma trágica en la persecución. 



El comienzo de La mirada del observador



La mesa del Ojo estaba situada en una esquina junto a la ventana. Su único cajón contenía sus útiles de coser, su maquinilla de afeitar, sus plumas y lápices, su 45, dos cargadores, una revista de crucigramas, su pasaporte, un tubo de pegamento, una botellita sin abrir de Old Smuggler, y una fotografía de su hija.
La ventana daba a un aparcamiento situado dos plantas más abajo. En la oficina había otras once mesas. Eran las nueve y media.




Mi opinión


Una de las cosas que más valoro en un libro es la originalidad de la trama, que me sorprenda, ya sea porque se trate de un libro único o porque hasta ese momento no me haya encontrado con algo parecido. En La mirada del observador se da esa circunstancia. No es la típica novela negra donde el detective o policía de turno va atando cabos hasta dar con el asesino, sino todo lo contrario. Aquí el detective se limita a observar la conducta homicida de una mujer, que no se detiene ante nada ni nadie, y que va sumando matrimonios y cadáveres a una velocidad de vértigo.

Como decía anteriormente, la novela tiene un argumento muy original, pero es que además de eso, el ritmo narrativo es endiabladamente rápido y más que leer lo que haces es devorar hojas y más hojas. Es una novela en donde el papel de la típica femme fatale se queda corto. Joanna Eris está varios escalones por encima de esas irresistibles, pero letales mujeres. Ella es LA ASESINA con mayúsculas. Detrás de su cara angelical se esconde una mujer vil, traicionera, insensible... una máquina perfectamente engrasada para matar. Sin lugar a dudas, nos encontramos con una de las mejores novelas del genero negro. Que el papel de asesina sea el de una mujer igual puede desconcertar, pero esa diferencia es la que hace a esta novela tan especial. Si sois amantes de la novela negra dadle una oportunidad que seguro que os va a encantar y sobre todo os va a sorprender cantidad. 


Nota 8/10 



2 comentarios:

  1. Tengo curiosidad por este autor, aunque me había fijado antes en "La doncella de hielo" (creo que se titula así). De todas maneras, apuntado queda este también.
    Me ha gustado ese acento en la originalidad.

    Besos.

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    Respuestas
    1. Hola Aránzazu.
      Ese de la doncella si lo pillo yo tambien me lo leeré. La originalida es lo mejor del libro. Cuando está todo inventado, salirse un poco de lo que es "lo normal", se agradece.
      Saludos.

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