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11 de octubre de 2015

La Fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa



Editorial: Alfaguara
Género: Novela Histórica, Narrativa
Ambientado en: Rep. Dominicana
Publicado en el año 2000
Páginas: 520


Hacia muchísimo tiempo que no leía nada tan genial como este libro. La Fiesta del Chivo es algo más que una novela histórica, ya que buena parte de lo que cuenta está ampliamente documentado y se puede verificar con abundante material de la época. Vendría a ser una mezcla de novela de no ficción trufada de elementos ficticios. Hay tres lineas argumentales, que se van solapando y entremezclado todo el rato. Una es ficticia, la otra es real y la tercera una mezcla de ambas en la que cuenta el último día en vida del dictador (desde que se despierta hasta el tiroteo que acaba con su vida).


La trama de ficción

La parte ficticia de la novela es la que protagoniza Urania Cabral. Urania es una dominicana que después de más de 35 años de exilio en los Estados Unidos, regresa a Santo Domingo con la intención de pasar unos días de asueto. Estamos a mediados de los años 90, su país, La República Dominicana, ya poco tiene que ver con el que ella conocía. Ella abandono la isla un par de semanas antes del atentado que le costo la vida al despiadado dictador Rafael Leónidas Trujillo, en mayo del 61. De hecho, no sabe muy bien por qué, después de desconectar por completo de su familia y perder el contacto durante todos esos años, ha vuelto a la ciudad que le trae tan malos recuerdos.

Impulsada por un odio exacerbado hacia su progenitor, decide hacerle una visita para que vea que en todo este tiempo no le ha perdonado la vileza por la que le hizo pasar. Su padre, ahora es un octogenario que está en las últimas: no puede hablar y está en un estado deplorable por el paso del tiempo. Aun así, a Urania no le da ninguna pena y le recrimina que, durante el régimen de Trujillo, fuera uno de sus perros más fieles. El Senador Augustin Cabral era uno de los mayores colaboradores del Generalísimo.

Urania, ya le ha dicho a su padre todo lo que tenía que decirle. Al día siguiente volverá a Nueva York y seguirá su vida como si nada, pero cuando se está despidiendo de él, aparece una prima hermana suya.

La prima le recrimina que durante estos 35 años no haya contestado las cartas de ningún miembro de la familia (ella incluida) y que no haya visitado a su progenitor en todo este tiempo. La prima consigue convencee a Urania, para que vaya a ver a su tía y a otra prima. Ella en un principio es reticente, pero al final acaba dando su brazo a torcer. Una vez las cuatro mujeres estás juntas, Urania se sincera con ellas y les cuenta de donde viene el odio hacia su padre y por qué abandonó precipitadamente el país.


La parte real de la novela

Los hechos probados, la parte real de la novela, trata sobre el complot para asesinar a Trujillo.
Hay varios oficiales del ejercito y personas importantes de la sociedad civil contrarias al tirano, entre los que destacan en la novela estos cuatro personajes reales: Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de La Maza, Amado García Guerrero y Antonio Imbert. A través de estas cuatro voces, conocemos como se gestó el plan y como se puso punto y final a la funesta etapa del desalmado dictador santodomingueño. Los implicados en el complot lo tenía todo bien atado, para que una vez muerto Trujillo, una junta cívico-militar asumiera el mando del país, pero la persona clave para llevar a buen puerto el plan, el jefe de las Fuerzas Armadas, el Pupo Román, los traiciono y no hizo nada de lo pactado. Lo que creían iba a ser un camino de rosas, con el cadáver de Trujillo todavía humeante tras la balacera, se convierte en una persecución a muerte de todos los sospechosos y sus amigos y familiares. A los pocos días, los servicios de inteligencia dan con la mayor parte de los implicados y son conducidos a la cárcel. Los que no se dejan coger con vida, son acribillados a balazos. Los presos son torturados hasta limites insospechados, con una crueldad que me cuesta poder definirla con palabras.

Los héroes del 30 de mayo (vía)


Crónica de una muerte no anunciada


Así quedó el coche oficial de Trujillo tras el atentado (vía)


El 30 de mayo de 1961, el dictador Rafael Leónidas Trujillo, se levantó de la cama sin sospechar que ese día estaba condenado a muerte. Un estrecho colaborador del Generalísimo, avisó a los valientes encargados de llevar a cabo el tiranicidio, que esa misma noche iba a emprender un viaje a San Cristóbal para acostarse con una jovencita (práctica que hacia constantemente). Sabían el trayecto de sobra porque era un viaje que realizaba habitualmente y le tendieron una emboscada. Trujillo tenía tan atemorizados a sus compatriotas e infundía tanto temor y miedo, que se sentía bastante despreocupado, como muestra el hecho de que en el desplazamiento no llevara escolta. Después de diez minutos de un interminable tiroteo, el tirano, asesino y carnicero del Caribe, yacía muerto sobre el asfalto.

He encontrado esta excelente infografía, por si queréis ver con más detalle cómo fue el último día de Trujillo (echadle un vistazo a pantalla completa que está genial).



La fiesta del Chivo (fragmento)


Había mucho tráfico. El chofer, maniobrando, consiguió abrirse paso entre una guagua con racimos de gente colgada de las puertas y un camión. Frenó en seco, a pocos metros de la gran fachada de cristales de la ferretería Reid.  Al saltar del taxi, con el revólver en la mano, Antonio alcanzó a darse cuenta que las luces del parque se encendían, como dándoles la bienvenida.  Había limpiabotas, vendedores ambulantes, jugadores de rocambor, vagos y mendigos pegados a las paredes. Olía a fruta y frituras. Se volvió a apurar a Juan Tomás, que, gordo y cansado, no conseguía correr a su ritmo. En eso, estalló la balacera a sus espaldas. Una gritería ensordecedora se levantó alrededor; la gente corría entre los autos, los carros se trepaban a las veredas. Antonio oyó voces histéricas: «¡Ríndanse, carajo!». «¡Están rodeados, pendejos!» Al ver que Juan Tomás, exhausto, se paraba, se paró también a su lado y comenzó a disparar. Lo hacía a ciegas, porque caliés y guardias se escudaban detrás de los Volkswagen, atravesados como parapetos en la pista, interrumpiendo el tráfico. Vio caer a Juan Tomás de rodillas, y lo vio llevarse la pistola a la boca, pero no alcanzó a dispararse porque varios impactos lo tumbaron. A él le habían caído muchas balas ya, pero no estaba muerto. «No estoy muerto, coño, no estoy.» Había disparado todos los tiros de su cargador y, en el suelo, trataba de deslizar la mano al bolsillo para tragarse la estricnina. La maldita mano pendeja no le obedeció. No hacía falta, Antonio. Veía las estrellas brillantes de la noche que empezaba, veía la risueña cara de Tavito y se sentía joven otra vez.


Opinión

Pocas veces me he encontrado con un libro tan bueno. ¡Qué digo bueno, es excelente! Ya sabéis que me gusta ser sincero. Pues bien, os voy a contar un secreto. Vargas Llosa nunca ha sido santo de mi devoción, no por motivos literarios porque hasta ahora no lo había leído, sino por otras cosas. No es que a partir de ahora vaya a cambiar mi opinión en ese sentido, pero si hablamos meramente de literatura, tengo que haceros una confesión: este hombre como escritor es un genio, un virtuoso de la palabra. De verdad que no me imaginaba para nada la calidad y la exquisitez de la literatura de Vargas Llosa, y sin embargo, me quito el sombrero. Es el mejor libro que he leído con diferencia en este 2015 y puede que esté entre los mejores 20 de todo lo que he leído hasta el día de hoy (unos 400 libros más o menos). No soy ningún experto, ya sabéis que mis reseñas son muy de andar por casa (lo de la profundidad, estilo y cosas de esas que lo evalúen los profesionales) y seguro que encontráis cientos de reseñas, de este mismo libro, mejores que esta, pero quiero hacer hincapié en que no seáis tan idiotas como yo y no os dejéis llevar por otras historias. Si un escritor es bueno (tiene cientos de premios entre los que destaca el Nobel) hay que intentar leer algo de su obra. Así que por mi parte, no me queda otra que recomendaros La Fiesta del Chivo. Ya que se trata de una lectura imprescindible que casi con total seguridad os va a gustar. 


Nota: 10 sobre 10




Fuentes: Fragmento


7 comentarios:

  1. Hola David, quería felicitarte, muy buena reseña. Yo tambien tengo una discrepancia en cuestiones políticas con vargas llosa, pero hay que reconocer que escribiendo es buenisimo, te recomiendo el libro La gerra del fin del mundo, tambien basado en hechos reales, sobre un mesias, Antonio el consejero, que en el siglo diecinueve, junto a miles de pobres quieren fundar y fundan por un tiempo, una pequeña nueva sociedad, gran novela. Bueno, sin dudas voy a leer la Fiesta del chivo. Saludos desde Argentina!

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  2. Vargas Llosa, independientemente de lo que pienses de él en otros ámbitos, es un portento de la literatura. Este libro es de lo mejor que tiene. Yo lo leí hace muchos años, pero me dejó muy buen recuerdo. De hecho andaba pensando volver a leerlo y con tu reseña las ganas han aumentado. Te recomiendo el otro libro estrella del autor. Para mí, el mejor junto a "La fiesta del chivo". Se trata de "Conversación en la Catedral". Es de diez también.
    Un abrazo.

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  3. No me llama la atencion ni el libro ni el autor por lo que no creo que lea este libro.

    Saludos

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  4. Nunca he leído nada de Vargas Llosa, bueno lo empezaba pero lo dejaba por otros libros. Tenemos en casa Pantaleón y las visitadoras, Lituma en los Andes, La tía Julia y el escribidor pero ninguno le he dedicado más de tres o cuatro páginas ya sea por desgana, falta de tiempo o leer otros libros. Tiene que ser una lectura interesante ya que abarca un periódico histórico tan importante como la dictadura, son muchos los libros de novelistas sudamericanos que se ambientan en esos tiempos en sus respectivos países y que serían notables lecturas para mucha gente.

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  5. David:
    Pedazo de reseña sobre un pedazo de libro que leí ya hace algunos años y que me impresionó vivamente.
    Como veo que los comentaristas recomiendan alguno de sus títulos -la verdad es que malos, en mi opinión, hay pocos o ninguno- yo a riesgo de parecer frívolo os recomendaría la lectura de "La tía Julia y el escribidor" de 1977. Ahora con el viraje sentimental de Varguitas este texto cobra una gran actualidad por eso de que "quien siembra vientos, recoge tempestades" (pero leedlo, os gustará y entenderéis aspectos vitales del premio Nobel y su familia). Luego ya en otro plan leí hace no mucho "El sueño del celta" y me pareció magnífico.
    Un abrazo, david

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  6. Buena reseña, dan ganas de leerlo. Yo solo he leído de él "Travesuras de la niña mala", que ni fu ni fa. Pero le tengo ganas a "Conversaciones en la catedral" y "La ciudad y los perros". Así que le daré una segunda oportunidad.

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  7. Hola paisano, pues no he leído nada de él aunque tengo dos pendientes recomendados por mi madre, que no lee cualquier cosa, así es que este lo anoto y creo que caerá pronto porque con tu genial reseña, porque lo es aunque tu pienses que es de estar por casa, estoy segura que es de los que me gustan, de los que disfruto, de los que merece la pena. Saludos

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