23 de agosto de 2015

Las dos caras de enero, de Patricia Highsmith


Título original: The two faces of january
Traductor: Amalia Martín-Gamero
Editorial: Anagrama
Género: Novela Negra
Páginas: 300
Publicado en 1964



Resumen 

Rydal Keener es un joven estadounidense que está disfrutando de unas largas vacaciones por Europa. Nuestro protagonista vive atormentado por un suceso que ocurrió hace unos años y, desde entonces, el distanciamiento con su padre ha ido en aumento. Ahora lleva un par de meses viviendo en Atenas y su hermana se acaba de poner en contacto con él para comunicarle que el padre de ambos acaba de fallecer. Justo unas semanas después de conocer la noticia, Rydal conoce por casualidad a una pareja estadounidense que está de viaje de bodas y han hecho una parada de unos días en Atenas. Lo que le llama poderosamente la atención a Rydal del matrimonio es que Chester, el hombre, es la viva imagen de su padre, pero con unos años menos. Rydal se obsesiona con el parecido físico de tal manera que los vigila de cerca, pero por ser tan curioso acaba siendo testigo de un delito cometido por Chester. Contrariamente a lo que cualquier persona normal habría hecho ante una situación tan grave (acaba de matar a un policía que le seguía la pista) Rydal se ofrece a ayudar a la pareja y entre los dos hombres esconden el cadáver del muerto.

Chester no acaba de entender por qué Rydal le ayuda desinteresadamente, ya que podría ser acusado de complicidad y el joven no gana nada a cambio. Desconfía de él y cree que más pronto que tarde lo chantajeará, pero Rydal no da muestras en ningún momento de hostilidad y está empeñado en ayudar a los recién casados. Rydal consigue pasaportes falsos para la pareja y los tres juntos se escabullen de Atenas por unos días hasta que las cosas se tranquilicen. En esos días de convivencia, Rydal alucina de lo lindo con Chester, es todo lo contrario que se pueda imaginar a su padre (antiguo profesor de universidad) y enseguida descubre que es un estafador de primera. A sus 42 años Chester ha hecho una fortuna dejando en la ruina a cientos de personas en los Estados Unidos y, por lo que se ve, no tiene intención de cambiar. En cambio su mujer Colette, de 26 años de edad, a Rydal le parece encantadora y poco a poco entre los dos jóvenes va surgiendo una atracción.

Chester empieza a notar algo extraño en el comportamiento de Colette y Rydal y loco de celos planea matar al joven, pero la jugada le sale mal y se carga a quien no debía...

A partir de entonces comienza un persecución a muerte entre Rydal y Chester, pero también de la policía que les sigue la pista a ambos, que concluye de la peor manera posible que el lector se pueda imaginar.


Fragmento del libro

Eran las tres y media de la madrugada de un dia de principios de enero cuando un alarmante rechinar despertó a Chester MacFarland en su litera del San Gimignano. Al oírlo se incorporó y, a través de la portilla, vio, a poquísima distancia, un muro de color rojo anaranjado brillantemente iluminado y que pasaba muy despacio. Lo primero que se le ocurrió fue que el barco estaba rozando el flanco de otro, por lo que se precipitó de la cama, todavía medio dormido, y se inclinó sobre la litera de su mujer para observar más de cerca lo que estaba sucediendo. 



Mi opinión

Sabia lo que me iba a encontrar, no a la historia en si que no soy Sandro Rey ( este menda es un adivino de esos chungos de la tele) ni nada que se le parezca, pero si estaba seguro de como iba a estar contada la novela. Me explico. Es la cuarta novela que leo de Patricia Highsmith, anteriormente leí Extraños en un tren, El talento de Mr. Ripley y El grito de la lechuza, y en las tres ocasiones habían denominadores comunes: thriller psicológico, personajes ambiguos, ambientes oprimentes y situaciones desasosegantes. Esa parece ser la formula con la que la Highsmith dio en el clavo y da igual que novela elijas de ella porque en mayor o menor medida estos ingredientes son esenciales en sus novelas. El caso de Las dos caras de enero es el mismo, o muy parecido, al de las otras novelas que he leído de esta autora. Lo mejor es que siempre que leo a Highsmith me quedo satisfecho y quiero repetir. Por poner una pega, más allá de que el argumento al principio es un poco endeble, si que quiero advertir que es una novela en la que pasan cosas, pero que puede resultar lenta al lector que no haya probado todavía a la escritora estadounidense. A mi esa lentitud no me molesta, es más incluso me gusta, pero me veo en la obligación de comentarlo. En fin, si te gustan las novelas negras clásicas, con pocos muertos, con muchas reflexiones e introspecciones de los personajes, y además te apetece viajar por Grecia y sus islas, ya que la novela está espléndidamente ambientada en el país heleno casi en su totalidad (salvo la parte final que está en Paris) te aconsejo que te hagas con un ejemplar y que lo disfrutes tanto como lo acabo de hacer yo. 


Nota: 8 sobre 10


18 de agosto de 2015

Frases célebres que nunca se dijeron o que se han transformado con el paso del tiempo



Jorge Luis Borges - Ilustración de Tullio Pericoli




El pasado 14 de junio, se conmemoraba el aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges. Con motivo de dicha efeméride puse unos tuits con algunas de sus frases mas conocidas en Twitter y un usuario de esa red social enseguida me llamó la atención, porque según él, una de las frases que había puesto de Borges no era del todo correcta. Siendo sincero no me molesté en contestarle, porque estaba tan convencido que no había incurrido en ningún error, que pensé que el hombre estaba equivocado.

El caso es que en Facebook, también coloqué una publicación con un recopilatorio de frases del inigualable escritor argentino y un par de imágenes: una de un sello postal y otra de una estatua.

Luego me fijé en que en la fotografía de la estampilla, estaba escrita la frase tal y como el usuario de Twitter me comentó que realmente era. Así pues, el tuitero tenia razón y la famosa frase de: Siempre imaginé que el Paraíso seria algún tipo de biblioteca, en realidad no la digo Borges. Lo que escribió en su Poema de los dones fue lo que pone en el sello: Yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca.
Yo la frase la he visto infinidad de veces escrita como pensaba que era realmente, pero como podréis observar el matiz es completamente distinto, vamos que son dos frases diferentes.


Sello homenaje a Borges


El caso de la frase de Borges me hace replantearme muchas cosas a cerca de las frases célebres. Si esta frase que es de un autor conocidísimo y no necesita traducción, se ha transformado en unos pocos años, no me quiero ni imaginar la cantidad de frases que han llegado hasta nuestros días completamente tergiversadas o modificadas, y más cuando se trata de frases de escritores que escriben en una lengua distinta a la nuestra.




Veamos ahora el caso de esta frase de Heinich Heine.

En la wikipedia viene así: Ahí donde se queman libros se acaba quemando también seres humanos.

En un articulo del periódico ABC así: Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres.

En otro articulo diferente del ABC: Donde se queman libros se terminan quemando también personas.




La verdad es que las tres frases vienen a decir lo mismo, sin embargo, ¿cuál de todas es la correcta?




Seguro que en alguna ocasión habéis oído o pronunciado la siguiente frase: Con la iglesia hemos topado. La famosa frase extraída de El Quijote en realidad no es esa sino esta: ¡Con la iglesia hemos dado, Sancho! La frase incorrecta se utiliza en sentido peyorativo, pero en el pasaje del libro simplemente se refiere a la iglesia como a un edificio.

Frase buena (Como diría Paco Marhuenda)

Frase mala (Según el director de la Razón)


A Maquiavelo se le atribuye la siguiente frase: El fin justifica los medios. Pero lo que dijo el italiano fue lo siguiente: Aquellos que triunfan nunca resultarán avergonzados por el modo en que hayan triunfado.

Maquiavelo con cara de maquiavelear algo


Mientras buscaba algún que otro ejemplo de frases que mutan y se transforman con el paso del tiempo, me encontré un articulo con algo todavía más chocante. Se trata de un recopilatorio de frases famosas atribuidas a la persona equivocada.


Bueno pues eso es todo. Os dejo que estoy trabajando en un mega post (no sé si no me tocará trocearlo para no hacerlo infinito) y me tiene tremendamente ocupado. Hasta pronto.