24 de junio de 2013

Recuerdos


Hola a todos. Hoy estamos de estreno en el blog. Inauguramos una sección dedicada a los relatos. Patricia Mariño es una joven escritora novel con una ilusión desbordante y una vitalidad enorme. En sus textos, lo cotidiano trasciende el tiempo y el espacio, para proporcionarnos historias cercanas, en donde fluye como un torrente su prosa ágil y contundente.
A continuación os dejo con uno de sus relatos: RECUERDOS.

Ella se sentó en una terraza en un bar del centro. Sacó un libro de su bolso y pidió un café. Encendió un cigarro y abrió el libro por la página marcada. Trajeron su café que tenía un olor  intenso, aspiró fuertemente, le encantaba ese aroma. Se entregó a una lectura apasionada , disfrutando con pequeños sorbos y largas caladas.
La tarde fue pasando entre páginas, humo y cafés. Se levantó al atardecer, pagó la cuenta y se marchó. En la esquina, le esperaba él. Vestía traje y llevaba un maletín en la mano,le envolvía un aire serio, algo triste incluso, sus ojos revelaban deseo y urgencia. Ella apenas le dirigió una mirada, pasó de largo, caminó atravesando calles mientras él la seguía de cerca. Llegaron a un hotel pequeño, pero acogedor, ella reservó la habitación a su nombre y él subió detrás, como un perro faldero, casi encogido, un hombre de apariencia elegante y segura rendido ante una muchacha menuda, de cabello corto y ojos grandes, vestida con unos jeans gastados y una camiseta estirada. En cuanto la puerta se cerró tras ellos se fundieron en un abrazo de fuego, sus labios se unían en besos apresurados, apasionados, necesitados, sus manos volaban sobre el cuerpo del otro arrebatando la incómoda barrera y juntos iniciaron una danza ancestral entre hombres y mujeres.
Cuando cayeron rendidos en el cama, ella se acurrucó entre sus brazos y durmió una hora. Él la miraba embelesado, acariciando su pelo corto y fino, pasando un dedo por su rostro dibujándolo con amor. Se había enamorado de ella un día, en una cafetería, mientras la veía leer, su rostro reflejaba las emociones del libro y él se sintió conmovido, agitado, deseoso de rozar al menos algo de esa intensidad. Su trabajo le tenía consumido, su matrimonio era una rutina en la que él se había convertido simplemente en proveedor, su vida carecía de pasión, estaba casi muerto y sepultado en un mundo gris, pero, cuando la conoció a ella encendió una chispa que le ayudó a desconectar horas enteras de ese infierno. Su pequeña hada. Todavía recuerda el momento en el que ella le devolvió la mirada en aquella cafetería, sus ojos transparentes tenían una pizca de curiosidad y picardía.Ella quiso escribir su propia novela, así que,  dirigió sus pasos hacia él y empezó a hablar, como si fueran antiguos amigos que volvían a encontrarse.Aquel hotel se había convertido en su verdadero hogar, un lugar dónde los dos construyeron su propio mundo alternativo, dónde podían abandonarse, quitarse la máscara y ser simplemente ellos.




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