Hace unos días mi buen amigo
Francisco Concepción publicaba en su blog un articulo donde clasificaba los
títulos de las novelas de 11 formas diferentes. Pues bien, el caso es que desde que leí su entrada pensé en hacer una lista de libros que en el titulo incluyera alguno de los 12 meses del año y completar así un año entero de lecturas. Según el articulo de
FranCo, las 12 novelas que he seleccionado entrarían en la categoría de
Lugares y Momentos. He puesto 12 libros, pero mientras buscaba y seleccionaba los que creo que pueden ser los mejores o más conocidos, me han salido muchísimos títulos más, y ya puesto en faena los he añadido al final de la entrada. De mi selección de 12 libros, solo he leído el de
Violetas de marzo, de Philip Kerr (que por cierto es excelente) y ahora voy a empezar el de
Las dos caras de enero, de Patricia Highsmith, que lo compró mi mujer hace unos días y me apetece un monto leerlo. De los otros 10 libros he leído novelas de:
William Faulkner, Eduard Márquez, Rosamunde Pilcher y Gustave Flaubert. Y como todas me gustaron me imagino que estas también estarán bien.
En fin, no me lío más y os dejo con
12 libros para completar un año entero de lecturas:
Las dos caras de enero, de Patricia Highsmith
Las dos caras de enero es un perfecto entramado de vidas condicionadas por un pasado dudoso y abocadas a un porvenir amenazador. El encuentro en Europa de tres norteamericanos y la sutil relación de dependencia que se crea entre ellos constituyen el punto de partida para una de las novelas más tensas de la autora.
Cinco noches de febrero, de Eduard Marquez
Lars Belden acude una noche en secreto a la casa de una antigua amante, Sela Huber, al enterarse de su muerte. Aunque hacía tiempo que había desaparecido de su vida, nunca llegó a olvidarla y decide volver a su piso, durante cinco noches de frío y lluvia, impulsado por todas las preguntas que habían quedado sin respuesta en el pasado. Lars recompone hechos, completa diálogos, pone nombre y rostro a lo que sólo fueron incógnitas o sombras adivinadas. Reconstruye un pasado fragmentado, del que formó parte y que marcará su futuro, con pertenencias y testimonios de Sela que sirven para resolver enigmas y aclarar un todavía insospechado misterio.
Violetas de marzo, de Philip Kerr
El antiguo policía Bernie Gunther creía que ya lo había visto todo en las calles de Berlín de los años treinta. Pero cuando dejó el cuerpo para convertirse en detective privado, cada nuevo caso lo iba hundiendo un poco más en los horribles excesos de la subcultura nazi. Después de la guerra, en medio del esplendor imperial y decadente de Viena, Bernie incluso llega a poner al descubierto un legado que, en comparación, convierte las atrocidades cometidas en época de guerra en un juego de niños... En esta primera entrega la acción se sitúa en 1936, en Violetas de Marzo (un eufemismo que usaron los primeros nazis para describir los últimos conversos), cuando los Juegos Olímpicos están a punto de empezar. Algunos de los amigos judíos de Bernie se van dando cuenta de que tendrían que haber huido cuando aún podían hacerlo, y Gunther recibe el encargo de investigar dos muertes que afectan a los máximos cargos del partido nazi.
Abril rojo, de Santiago Roncagliolo
El investigador de los asesinatos es el fiscal distrital adjunto Félix Chacaltana Saldívar. A él le gusta que lo llamen así, con su título y todo. El fiscal Chacaltana nunca ha hecho nada malo, nunca ha hecho nada bueno, nunca ha hecho nada que no estuviese claramente estipulado en los reglamentos de su institución. Pero ahora va a conocer el horror. Y el horror no se ha leído el código civil.
Mayo fue el fin del mundo, de Frank Yerby
Kathy es una joven americana blanca perteneciente a una rica familia que está estudiando en París. Allí conoce a su compatriota Harry Forbes, clarinetista de jazz. Harry es negro. Un flechazo les une pero ambos tienen sentimientos contradictorios y esto provoca nervios y tensión en su relación. Una mezcla de amor y odio les lleva a pensar en la separación. Pero corre el año 1968, y se produce la revolución estudiantil. Como consecuencia, Kathy y Harry pensarán más en ellos mismos. Los prejuicios raciales son lo que les hace sentirse incómodos.
Dos veces junio, de Martín Kohan
En esta novela, la realidad de una época encuentra la voz y las voces capaces de recrearla sin autocompasión, regodeo ni misericordia. Se trata de una época -los años de la última dictadura militar en la Argentina- para la que se suele adoptar un tratamiento de reclamo y de lamento ampliamente justificado, pero que se ha vuelto, acaso debido al abuso, inofensivo y convencional. Un médico, un conscripto, un cuaderno con faltas de ortografía: en lo que parece un conjuro, el autor reúne nuevas evidencias de horror y las distribuye o las disimula dentro de una trama con diferentes niveles, que actúa a la vez como coartada dramática y como sutil sistema de alarmas. Logra así poner en escena una verdadera pesadilla.
El 4 de Julio, de James Patterson
Un tiroteo en el cosas salen mal, una delincuente muerta, un muchacho condenado a una silla de ruedas... y la detective Lindsay Boxer queda en el ojo del huracán. Acodada por los medios de comunicación, con el único apoyo de su abogada y de sus viejas amigas Cindy y Claire, Lindsey busca descanso en el pequeño pueblecito rural de Half Moon Bay, pero cuando comienzan a aparecer cadáveres en la tranquila localidad, Lindsay se ve obligada a defender tanto su carrera como su vida. Una detective injustamente acusada, unos crímenes que vuelven del pasado para acosarla...
Luz de agosto, de William Faulkner
En Luz de agosto aparecen retratados algunos de los personajes más memorables de Faulkner: la cándida e intrépida Lena Grove en busca del padre de su hijo; el reverendo Gal Hightower -atormentado por constante visiones de soldados de caballería confederados- y Joe Christmas, un misterioso vagabundo consumido por los orígenes raciales de sus antepasados. Faulkner, además de haber sido el innovador de una forma de narrar que ha influido poderosamente en las generaciones que le han continuado, fue el cronista de los más notables hechos, costumbres y personajes de su tierra.
Septiembre, de Rosamunde Pilcher
Con motivo de una fiesta de cumpleaños, una serie de personajes procedentes de Londres, Nueva York, Escocia y España coinciden en el pequeño pueblo de Strachroy. Estamos en septiembre. Durante este mes, en Escocia, se prodigan celebraciones, cacerías y bailes. Sin embargo, al compás de ese ambiente festivo, el destino arrastrará a los protagonistas a situaciones, tan dramáticas como sorprendentes, y les obligará a tomar decisiones y a afrontar situaciones que marcarán profundamente sus vidas...
Donde siempre es octubre, de Espido Freire
Oilea es el nombre de una ciudad que nadie puede encontrar y en la que cualquiera podría perderse para siempre. Una ciudad soñada por la melancolía, en la que viven, entre otras criaturas de la inquietud, Loredana, una mujer capaz de comer galletas mojadas en sangre de animales, el polémico y arrogante violonchelista Delian, la aparentemente sumisa pero adúltera Guillemette y, entre otros, la mundana y desenvuelta Lavinia. Un mundo fantasmagórico poblado por una galería de personajes, a los que dominan pasiones subterráneas y rivalidades enfermizas conducidas por una imaginación literaria perturbadora.
Noviembre, de Gustave Flaubert
En esta novela, de lectura adictiva, y un delicioso recorrido sobre la exaltación pasional, un muchacho, en el que podemos ver reflejado el propio Flaubert, medita en el curso de un paseo campestre sobre las mujeres (incluyendo a Marie, la prostituta que lo inició en los secretos de la carne, y que es, a partes iguales, «la mujer angélica e intocable, y la hembra fatal armada de un erotismo destructor» en palabra de Lluís Mª Todó). Noviembre es, probablemente, la genuina crónica de una obsesión amorosa, con un joven Flaubert de protagonista. Esta novela, que el autor no publicó en vida, pero que siempre consideró con un cariño especial, es una hábil disección del mundo amoroso, en la que se analiza la pasión y el sufrimiento asociado a ella, cuya profundidad psicológica presagia ya el estilo de obras futuras como Madame Bovary o La educación sentimental.
Seis días de diciembre, de Jordi Sierra i Fabra
Diciembre de 1949. Lenin, el chorizo con el que Miquel Mascarell se reencontró en mayo de ese mismo año en la cárcel, le pide ayuda para salir de un lío: ha robado una cartera a un presunto turista inglés que ha sido asesinado por ella. Ahora le persiguen a él. ¿Qué contiene la cartera? Ni más ni menos que uno de los catálogos de cuadros robados por los nazis antes y durante la Segunda Guerra Mundial. El asesinado pertenecía a los Monument Men, la organización que tras la guerra se dedicaba a buscar y recuperar las obras de arte expoliadas por los nazis, y le seguía los pasos a uno de ellos, oculto en Barcelona y en posesión de un preciado botín por el que vale la pena matar. Con la familia de Lenin instalada en su casa y alterando su paz, con el aliento del comisario Amador en su nuca y con el misterio de una enrevesada trama que bucea en las telarañas de la derrotada ciudad, llena de personajes ocultos y nuevos asesinatos que lo complican todo...
La verdad es que hay muchos libros en los que en el titulo aparece el nombre de algún mes. Yo he encontrado, además de los 12 que os he puesto, todos estos:
Enero:
Cuatro días de enero de Jordi Sierra i Fabra,
Doce eneros de Lorena Álvarez de Sotomayor y Belén Espiga.
Febrero:
Febrero todavía de José Luis Serrano,
Flores de febrero de Fan Wu,
Febrero, de Lisa Moore,
La paz de febrero de Justo Sotelo,
La pólvora de febrero de Fernando Lalana,
Las torres de febrero de Tonke Dragt.
Marzo:
Una mañana de marzo de Joaquin. M. Barrero,
La vida antes de marzo de Manuel Gutiérrez Aragón,
Los idus de marzo de Valerio Massimo Manfredi,
El 19 de marzo y el 2 de mayo de Benito Pérez Galdós,
Los idus de marzo de Thornton Wilder,
Frías flores de marzo de Ismail Kadaré,
Fuego de marzo de Eduardo Mendicutti.
Abril:
Un poco de abril, algo de mayo, todo septiembre de Jordi Sierra i Fabra,
Las cenizas de abril de Manuel Moya,
Abril en París de Michael Wallner,
Abril de Carlos Eugenio López,
Nieve en abril de Rosamunde Pilcher,
Abril quebrado de Ismail Kadaré,
Muerte en abril de José Luis Correa,
La bruja de abril de Majgull Axelsson,
Abril en la basura de Jacquelin Wilson,
No me esperen en abril de Alfredo Bryce Echenique.
Mayo:
Flor de mayo de Vicente Blasco Ibañez,
Una mañana de mayo de Anne Holt,
Dos días de mayo de
Jordi Sierra i Fabra,
Mayo de cruces de Manuel Sánchez Barrero.
Junio:
Ni junio en Paris de José Mondelo,
Noche de junio de Hermann Hesse.
Julio: Siete dias de julio de Jordi Sierra i Fabra,
Dos días de julio (Operación Valkiria) de Stig Dalager.
Agosto: La memoria de agosto de Cristina Pérez,
Los relámpagos de agosto de Jorge Ibargüengoitia,
Luna de agosto de Laura Kinsale,
Ardores de agosto de Andrea Camillieri,
Agosto de Tracy Letts,
Payaso de agosto de Gunther Grass,
Los perros de agosto de Alexis Ravelo,
Agosto, Octubre de Andres Barba.
Septiembre:
Las chicas de septiembre de Maurren Lee,
Las luces de septiembre de Carlos Ruiz Zafón,
El cielo de septiembre de Juvenal Soto,
Septiembre zombie de David Moddy,
El último septiembre de Elizabeth Bowen.
Octubre:
Octubre, octubre de José Luis Sampedro,
Bajo la fría luz de octubre de Eloy M. Cebrián,
Ojala octubre de Juan Cruz Ruiz,
Octubre de Pascual Ferry,
Brumas de octubre de Lola Gándara,
Cinco días de octubre de Jordi Sierra i Fabra.
Noviembre:
Quince días de noviembre de José Luis Correa,
El desorden de noviembre de María Jesús Silva,
Noviembre sin violetas de Lorenzo Silva,
Finales de noviembre de Tove Jansson,
Largo noviembre de Madrid de Juan Eduardo Zuñiga.
Diciembre:
Mi 24 de diciembre, de Achim Broger,
Diez de diciembre de George Saunders,
Los cerezos en diciembre de Ariel Andrés Alamada,
El diciembre del decano de Saul Bellow.
Igual cuando pase el verano hago
un reto para el blog y para quien se quiera sumar, que
consistiría en leer los 12 meses del año. Los 12 que he seleccionado son los que más me atraen, pero si al final llevo a cabo el reto, puede que haga algún pequeño cambio en mis preferencias. Si alguno de vosotros estáis interesados en acompañarme en el reto, podéis elegir cualquiera de los libros que aparecen en la entrada o cambiarlos si conocéis otros.
¿Te apuntarías al reto?