Título original: The two faces of january
Traductor: Amalia Martín-Gamero
Editorial: Anagrama
Género: Novela Negra
Páginas: 300
Publicado en 1964
ISBN: 978-84-339-7746-5
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Resumen
Rydal Keener es un joven estadounidense que está disfrutando de unas largas vacaciones por Europa. Nuestro protagonista vive atormentado por un suceso que ocurrió hace unos años y, desde entonces, el distanciamiento con su padre ha ido en aumento. Ahora lleva un par de meses viviendo en Atenas y su hermana se acaba de poner en contacto con él para comunicarle que el padre de ambos acaba de fallecer. Justo unas semanas después de conocer la noticia, Rydal conoce por casualidad a una pareja estadounidense que está de viaje de bodas y han hecho una parada de unos días en Atenas. Lo que le llama poderosamente la atención a Rydal del matrimonio es que Chester, el hombre, es la viva imagen de su padre, pero con unos años menos. Rydal se obsesiona con el parecido físico de tal manera que los vigila de cerca, pero por ser tan curioso acaba siendo testigo de un delito cometido por Chester. Contrariamente a lo que cualquier persona normal habría hecho ante una situación tan grave (acaba de matar a un policía que le seguía la pista) Rydal se ofrece a ayudar a la pareja y entre los dos hombres esconden el cadáver del muerto.
Chester no acaba de entender por qué Rydal le ayuda desinteresadamente, ya que podría ser acusado de complicidad y el joven no gana nada a cambio. Desconfía de él y cree que más pronto que tarde lo chantajeará, pero Rydal no da muestras en ningún momento de hostilidad y está empeñado en ayudar a los recién casados. Rydal consigue pasaportes falsos para la pareja y los tres juntos se escabullen de Atenas por unos días hasta que las cosas se tranquilicen. En esos días de convivencia, Rydal alucina de lo lindo con Chester, es todo lo contrario que se pueda imaginar a su padre (antiguo profesor de universidad) y enseguida descubre que es un estafador de primera. A sus 42 años Chester ha hecho una fortuna dejando en la ruina a cientos de personas en los Estados Unidos y, por lo que se ve, no tiene intención de cambiar. En cambio su mujer Colette, de 26 años de edad, a Rydal le parece encantadora y poco a poco entre los dos jóvenes va surgiendo una atracción.
Chester empieza a notar algo extraño en el comportamiento de Colette y Rydal y loco de celos planea matar al joven, pero la jugada le sale mal y se carga a quien no debía...
A partir de entonces comienza un persecución a muerte entre Rydal y Chester, pero también de la policía que les sigue la pista a ambos, que concluye de la peor manera posible que el lector se pueda imaginar.
Fragmento del libro
Eran las tres y media de la madrugada de un dia de principios de enero cuando un alarmante rechinar despertó a Chester MacFarland en su litera del San Gimignano. Al oírlo se incorporó y, a través de la portilla, vio, a poquísima distancia, un muro de color rojo anaranjado brillantemente iluminado y que pasaba muy despacio. Lo primero que se le ocurrió fue que el barco estaba rozando el flanco de otro, por lo que se precipitó de la cama, todavía medio dormido, y se inclinó sobre la litera de su mujer para observar más de cerca lo que estaba sucediendo.
Mi opinión
Sabia lo que me iba a encontrar, no a la historia en si que no soy Sandro Rey ( este menda es un adivino de esos chungos de la tele) ni nada que se le parezca, pero si estaba seguro de como iba a estar contada la novela. Me explico. Es la cuarta novela que leo de Patricia Highsmith, anteriormente leí Extraños en un tren, El talento de Mr. Ripley y El grito de la lechuza, y en las tres ocasiones habían denominadores comunes: thriller psicológico, personajes ambiguos, ambientes oprimentes y situaciones desasosegantes. Esa parece ser la formula con la que la Highsmith dio en el clavo y da igual que novela elijas de ella porque en mayor o menor medida estos ingredientes son esenciales en sus novelas. El caso de Las dos caras de enero es el mismo, o muy parecido, al de las otras novelas que he leído de esta autora. Lo mejor es que siempre que leo a Highsmith me quedo satisfecho y quiero repetir. Por poner una pega, más allá de que el argumento al principio es un poco endeble, si que quiero advertir que es una novela en la que pasan cosas, pero que puede resultar lenta al lector que no haya probado todavía a la escritora estadounidense. A mi esa lentitud no me molesta, es más incluso me gusta, pero me veo en la obligación de comentarlo. En fin, si te gustan las novelas negras clásicas, con pocos muertos, con muchas reflexiones e introspecciones de los personajes, y además te apetece viajar por Grecia y sus islas, ya que la novela está espléndidamente ambientada en el país heleno casi en su totalidad (salvo la parte final que está en Paris) te aconsejo que te hagas con un ejemplar y que lo disfrutes tanto como lo acabo de hacer yo.
Nota: 8 sobre 10