28 de abril de 2014

El halcón del mar, de Rafael Sabatini

El halcón del mar, de Rafael Sabatini
Editorial: Edhasa
Género: Aventuras, clásicos
Traductor: Manuel Vallve
Ilustrador: Ballester
Páginas: 382
Publicado en 1915



Sir Oliver Tressilian, es un noble inglés que ha participado en varias campañas en el Caribe español y en la derrota de la Armada Invencible. Por su valentía y bravura, la Reina acaba de nombrarlo caballero. Así pues goza de la simpatía de Su Majestad y es un hombre respetado en toda Inglaterra. Sir Oliver además está a punto de casarse con Rosamund, su prometida, y no le pueden ir mejor las cosas.

Todo se estropea cuando el hermano de la novia se opone radicalmente al enlace, ya que entre los padres de la futura pareja (ambos ya fallecidos) existía un odio mortal. Peter Godolphin provoca una y otra vez a Sir Oliver para batirse en duelo con él, pero Sir Oliver es consciente de que Rosamunde nunca le perdonaría la muerte de su hermano e intenta evitar el lance a toda costa. A duras penas Sir Oliver puede cumplir su promesa de no batirse en duelo, porque las provocaciones son ya insultantes, y en una de esas provocaciones delante de varios testigos, asegura que va a acabar de una vez por todas con Peter. Sir Oliver se traga por enésima vez su orgullo y decide serenarse y pasar del provocador, pero todo se desmorona en el momento que Peter Godolphin aparece muerto unas horas después. 

Lionel Tressiliany y Peter Godolphin andaban enfrentados por un lío de faldas con una mujer de reputación más que dudable, y en un acceso de ira Peter desenfunda su espada, para acabar con el hermano de Sir Oliver. Sin embargo, es el hermano de Rosamund el que perece en el duelo. Cuando Lionel le confiesa a Sir Oliver lo sucedido, opta por guardar silencio y no acusar a su hermano, porque aunque la muerte haya sido en defensa propia, en esa época si no había testigos se consideraba asesinato y su destino más que probable era la horca.

Y aquí es cuando viene el lió, porque después de ver la discusión de Sir Oliver y Peter, la gente y su propia amada, están más que convencidos que solo puede haber sido él. Sir Oliver le jura una y otra vez que el no ha tenido nada que ver, pero ni ella ni nadie da crédito a sus palabras. Para demostrar su inocencia se hace ver en privado con un párroco y un juez para que lo examinen, como dios lo trajo al mundo, ya que en la espada de Peter había sangre del asesino y el bueno de Sir Oliver no tiene ni un rasguño.

Pese a que a Lionel nunca le ha faltado nada, ya que su hermano lo ha protegido y cuidado como si además de hermano fuera también un hijo para él, el hermano pequeño acaba traicionando a Sir Oliver, porque piensa que tarde o temprano se descubrirá el pastel. Y la ocurrencia de Lionel, para salvar su pellejo, es simular la huida de su hermano, cuando en realidad ha pagado a Jasper Leigh, un viejo lobo de mar, para que el y sus hombres lo secuestren y lo vendan como esclavo en el norte de África. Si alguien albergaba algún genero de duda sobre la inocencia de Sir Oliver, esta se disipa en el instante mismo que desaparece, pues esa es la conducta de un asesino y no la de un hombre inocente.

Una vez a bordo del navío, Jasper Leigh relata a Sir Oliver el trato que cerró con su hermano y le ofrece un trato similar para liberarlo, siempre que esté dispuesto a pagar una elevada suma. Sir Oliver no anda escaso de oro y le promete al pirata el doble de lo acordado por su secuestro, pero le insta a que inmediatamente regrese a Cornualles para ajustar cuentas con su hermano. 

Momentos antes del que barco cambie de dirección, el galeón sufre un ataque de un navío español, Jasper Leigh, Sir Oliver y parte de la tripulación acaban apresados. Después de pasar por las cárceles de Lisboa y Cádiz, Sir Oliver es vendido como remero. 
Las condiciones de los galeotes (remeros) eran infrahumanas y los esclavos caían como moscas, bien por la infecciones que contraían, bien por el látigo de los capataces o bien reventaban por el esfuerzo inhumano al que eran sometidos. Sir Oliver no podía entender como en el nombre del Señor se permitía semejante barbarie, y día tras día, va perdiendo la fe hasta que reniega por completo del cristianismo. Yusuf, su esclavo compañero de remo, es un argelino que no para de contarle las bondades de la fe de Alá y le convence para que se haga musulmán. Aunque Sir Oliver no lo ve del todo claro un suceso inesperado le hará abrazar la fe del Profeta. Lo que sucedió fue que el galeón en el que cumplían su pena, fue atacado por el más temible corsario musulmán de la época: Asad-ed-Din. Los corsarios de Asad hacen estragos en las filas españolas y conquistan el barco sin mayores dificultades. Durante la carnicería, Sir Oliver, Yusuf y otros esclavos consiguieron liberarse de sus cadenas y mataron a sus hasta entonces opresores. Asad vio luchar a Sir Oliver y se llevó una impresión muy positiva, pero lo mejor de todo es que Yusuf es sobrino de Asad y le dice que ha convertido a Sir Oliver al Islam y que lo acoja y lo ponga en nomina de su ejército de corsarios. A Sir Oliver no acaba de gustarle la idea, pero sabe que de no aceptar, su próximo destino volverá a ser el mismo de los últimos seis meses, aunque esta vez en un galeón musulmán. Así que, sin pensárselo mucho, acepta y pasa a ser Oliver-Reis a partir de entonces. 

Pronto Oliver-Reis empieza a destacar como corsario y Asad lo toma como lugarteniente. Son unos años en los que Oliver se forja en mil batallas en las que siempre sale victorioso. Sakr-el-Bahr, (el Halcón del mar) es el nombre como se le conoce ahora en todo el mediterráneo. Asad cada vez participa menos en los actos de piratería y pasa más tiempo como bajá de Argel. Mientras, la leyenda de Sakr-el-Bahr aumenta a pasos agigantados. 

En una de las emboscada de los corsario de El Halcón del mar, apresan un buque, en el que para sorpresa de Sir Oliver, tienen como remero a Jasper Leigh. Sir Oliver libera a Jasper y le propone hacerse musulmán y enrolarse en su selecto grupo de corsarios y Jasper acepta encantado.
Al poco tiempo, Sir Oliver o como ahora se hace llamar Sakr-el-Bahr, le propone a Jasper Leigh un temerario viaje a la costa de Cornualles para ajustar cuentas con Rosamund, la amada que no confió en él y también tiene el propósito de apresar a su hermano para que conozca de primera mano en que consiste el trabajo de remero. 
Sakr-el-Bahr consigue desembarcar en Cornualles y lleva a cabo el secuestro.
Cuando regresan a Argel, los dos prisioneros son vendidos como esclavos, pero es el propio Sakr-el-Bahr el que los acaba comprando. En la puja por Rosamund también estaba interesado el bajá Asad, pero Sir Oliver está más listo y se acaba quedando con los dos.
Asad le obliga a que le ceda a la mujer para convertirla en su esposa, ya que se ha obsesionado con ella y Sir Oliver debería de entrar en razón pero se niega en redondo. Asad le advierte que no es bueno llevarle la contraria y Sir Oliver tiene que casarse de inmediato con Rosamunde, para evitar que Asad se la lleve a su harén. 

Sakr-el-Bahr le cuenta a Rosamunde la traición a la que le condeno su hermano y lo que verdaderamente sucedió con Peter. Rosamunde se niega a creer la historia que inculpa a Lionel.
Mientras, Asad sigue encabezonado con Rosamund, y en aras de que la cosa cada vez toma un cariz más preocupante, El Halcón del mar, con la excusa de apresar un barco español, decide hacerse a la mar con sus corsarios y llevar a Rosamunde, ahora que sabe toda la verdad, a un puerto europeo donde ponerla a salvo de las garras de Asad. Justo cuando iban a zarpar, el bajá Asad acompañado de su hijo y su guardia personal decide acompañar a Sakr-el-Bahr. Rosamunde está escondida en el barco, pero no es hasta después de varias horas, cuando se descubre el engaño. Es un momento tenso, porque el superior de Sir Oliver es Asad, pero las fuerzas están al 50% entre los fieles de uno y otro. Un posible motín sobrevuela en el aire, y primero con la diplomacia y luego en un tono más amenazante, Sir Oliver consigue imponer su voluntad. Mientras esperan agazapados cerca de Formentera, al barco español que se supone que era el motivo de la expedición, entra en escena un tercer invitado. Un barco ingles anda fondeado en las inmediaciones y Sir Oliver ve la oportunidad de poder embarcar a Rosamund en dicho barco. 
Al final los dos barcos se enfrentan, pero afortunadamente la cosa no pasa de una pequeña refriega sin apenas victimas. Sir Oliver amenaza con hacer volar los dos barcos y los ingleses aceptan el trato. Trato que consiste en dejar marchar el barco de los corsarios musulmanes y el bajá, mientras él y Rosamund son enrolados en el galeote inglés. 

El capitán y las autoridades que van a bordo del barco, tienen prisa por colgar al temible Sakr-el-Bahr, pero no tanto por los delitos de piratería sino más bien por el crimen de Peter. Sir Oliver consigue contar toda la historia y aclarar que el asesino fue el traidor de su hermano Lionel. Este, por una vez en su vida, y cuando apenas le quedaba un suspiro de vida, acaba contando toda la verdad y consigue limpiar para siempre el buen nombre de Sir Oliver Tressilian.



El halcón del mar, fue publicada originalmente en 1915, pero tuvieron que pasar varios años hasta que triunfará entre el gran publico. De hecho, la carrera de Sabatini no despegó hasta que vieron la luz sus dos novelas más conocidas: Scaramouche (1921) y Capitan Blood (1922). A partir de ese momento fue un autor reconocido y leído en medio mundo, y sus anteriores novelas y las que estaban por llegar, gozaron de un éxito considerable.
Sabatini tuvo una carrera muy prolífica y dejo terminadas 31 novelas y varios relatos. El autor, de origen ingles (por parte de madre) e italiano (por parte de padre), estuvo viviendo en Portugal, Suiza y finalmente se traslado a Inglaterra. Rafael Sabatini hablaba seis idiomas a la perfección, pero se decidió a escribir en ingles porque según él: todas las mejores historias están escritas en inglés.
Rafael Sabatini falleció el 13 de febrero de 1950 en Adelboden , Suiza. En su lápida se puede leer el siguiente epitafio: Nació con el don de la risa y con la intuición de que el mundo estaba loco. Y ese era todo su patrimonio... que para quien no lo sepa es el comienzo de Scaramouche.

Es una novela clásica de aventuras ambientada en el siglo XVI con todos los ingredientes indispensables para pasar un buen rato. El libro viene acompañado de unas cuantas ilustraciones, que por cierto son buenísimas. La novela no me ha defraudado en ningún momento y si os gusta el tema de la piratería (ojo la del mar) lo disfrutareis lo que no está escrito. Muy recomedable.

Nota 

7/10



5 comentarios :

  1. Creo que leí algún libro de Sabatini allá por la niñez, o casi, pero no fue este (lo que hace la edad, ahora no recuerdo cuál fue). Y, para seguir con mi arranque de sinceridad, no recuerdo si me gustó :(

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