18 de julio de 2013

Los fantasmas no existen

Niño de espaldas, de Antonio Maya
-Los fantasmas no existen.
-Así es cielo, los fantasmas no existen. Ahora cierra los ojos y sueña cosas bonitas.- dijo Alfonso besando la frente de su hija.
Dirigió despacio los pasos hasta su cama y satisfecho se arropó entre las mantas abrazando a su mujer que yacía dormida profundamente. El tic tac del reloj resonaba en la habitación. Le estaba costando volver a coger el sueño. De repente, escuchó otra vez un fuerte chillido de su pequeña. Esta vez era más desesperado y desgarrado. Se levantó con rapidez y corrió con todas fuerzas por el pasillo, abrió la puerta de su cuarto y encendió la luz. Lo que vió le dejó helado. En el techo de la habitación había una figura humana que sobresalía un poco y sus brazos tenían fuertemente agarrados a su dulce niña. Se fijó en el rostro de esa figura pálida y demacrada y rápidamente le reconoció…


Julián era su amigo de juventud, estudiaron juntos en la facultad de filología hispánica. Él tenía un carácter extraño, entre huraño a veces y otras totalmente desatado y entregado a la juerga estudiantil. A nadie mostraba afecto, sólo compartía algo de intimidad con él, pero aún así nunca había sido capaz de entenderle. Los demás compañeros le llamaban Byron, ya que les parecía igual de excéntrico que el famoso poeta inglés.
Un día que tomaban juntos unas cervezas en un pub conocieron a una hermosa mujer. Se llamaba Estrella, estudiaba filosofía y además de bella era increíblemente inteligente. Tal era su ingenio que los dejó desarmados con su ácida lengua cuando intentaron camelarla para llevársela a la cama. De todas formas la chica hizo buenas migas con los dos y a partir de entonces no era raro ver a los tres camaradas juntos.
Julián siempre estaba atormentado a Estrella, la ridiculizaba, la hería. Y ella muchas veces acababa llorando por su culpa. En cambio, Alfonso, se había enamorado perdidamente de ella, y a fuerza de consolarla ella cayó en sus brazos. El curioso grupo se fue distanciando. Estrella y Alfonso empezaron a ir juntos a todas partes y cada vez esquivaban más la compañía de Julián para estar solos.
El tiempo fue pasando, Estrella y Alfonso vivían en una nube, ni siquiera se dieron cuenta de los sufrimientos que estaba pasando Julián. Como su forma de ser era polémica le quitaron importancia cuando empezó a beber diariamente y a meterse en peleas. Cuando terminaron por fin los estudios Estrella y Alfonso anunciaron su matrimonio a Julián y el cuál casi muere de dolor.
-Alfonso, necesito hablar contigo.-le dijo.
-Claro amigo, cuando quieras.
-Ahora mismo, por favor.
Alfonso dio un respingo por el tono de voz y por su rostro descompuesto en una extraña mueca.
-Bien, ¿qué quieres decirme?.-le dijo Alfonso cuando estuvieron a solas.
-Deberías haberte dado cuenta.-le espetó. Nunca te molestaste en intentar conocerme, en descifrar mis comportamientos. Yo estoy enamorada de Estrella, desde el primer día en que la vi, pero no supe demostrárselo, no supe…- Julián meneó la cabeza entristecido. Y ahora, tú me la has arrebatado.
-No, yo… Julián, no te arrebaté nada. No se puede arrebatar lo que no es de tu propiedad.
-Escucha, sólo te digo, que un buen día yo también te despojaré de lo que más quieras en el mundo.
Julián despareció y nunca más lo volvieron a ver. Lo último que supieron es que se había arrojado a las vías de un tren. Quedaron destrozados puesto que los dos le apreciaban mucho.
Y ahora… después de de diez años Julián volvía de entre los muertos para efectuar su venganza.
-Julián por favor, yo siempre te estimé, no puedes hacerme esto. Devuélveme a mi niña.
Los ojos de Julián brillaron como ascuas.
-Adiós Alfonso, mis dulces recuerdos a Estrella.
El techo de la habitación apareció impoluto sin ninguna huella. El corazón de Alfonso se rompió en mil pedazos y su voz despareció para siempre. Lo último que dijo fue.
-Te quise como un hermano Julián, llévame contigo, pero deja a mi hija.
Pero nada sucedió. Nadie volvió a ver la pequeña.



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4 comentarios :

  1. Muy interesante, un relato fantástico muy bueno! A veces lastimamos a nuestros amigos sin darnos cuenta, como hicieron Estrella y Alfonso, pero la actitud de Julian tampoco fue la correcta, no puedes portarte así si de verdad estás enamorado. Estrella no era propiedad de nadie, se enamoró del que supo amarla y apreciarla.
    El final me dejó sorprendida, no me esperaba a que se llevara a la niña. Habrá una continuación?
    Saludos.

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  2. Le leí de un tirón, que bien escribe esta chica, voy a revisar su blog, muchas gracias por recomendarlo.

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  3. Aquí quien tendría que comentar es Patricia, pero yo os voy a contar un secreto. A Patricia la conozco de compartir y vernos por sitios literarios. A mi me gusta mucho como escribe y le dije que si quería, podía publicar sus relatos en el blog. Creo que entre bloggers debemos echarnos una mano y colaborar en la medida de lo posible. Por eso, al difundir la obra de Patricia, nos ayudamos mutuamente, y ademas me considero afortunado de que lo haga aquí.
    Saludos.

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  4. Muchísimas gracias por los comentarios y desde luego muchísimas gracias a David :).

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